jueves, 18 de octubre de 2018

¿Toda cabe en una tableta?


¿Una tableta para dominarlos a todos?
Vivimos tiempos modernos, donde las personas les gustaría tener todo al alcance de su mano. Las tecnologías cada vez más modernas que remplazan a las de ayer a pasos veloces. Nos pone a pensar sobre ¿Cómo será el futuro de las nuevas generaciones? Hace unos días saltaba al ojo público la película de “Roma” del director Alfonzo Cuaron. Que saldrá en Netflix el 14 de diciembre.

Pero es irónico que una película que habla sobre una época, donde las cosas se vivían de una manera más simple “”, será estrenada en una plataforma de streaming mundialmente. Pero esto será una tendencia que aumentara, el streaming se va adaptar a diversos medios y va desplazar a  los cines, consolas de videojuegos, historietas, libros, bellas artes y demás… Cambiamos la experiencia de un espectáculo o de poder tocar algo y sentirlo. Por la comodidad de no salir de casa.

Cada vez nos parecemos más a la tripulación del Axioma de la película Wall-e o los hombres y mujeres atrapados en la Matrix de los aquel entonces hermanos Wachowski… O como más recientemente haría una crítica Steven Spilberg con “Redy Player One”.
¿Vale la pena aislarnos tanto de las personas a nuestro alrededor? ¿Vale la pena que en un futuro los trabajos se basen en no salir de casa? ¿Qué la realidad virtual se apodere de las salidas familiares y por qué no hasta del sexo? En un futuro lejano/cercano.

Recuerdo una época donde todo podía equilibrase. Podías ir a casa de tus amigos y jugar videojuegos y a la vez en esa misma tarde salir a jugar futball o caminar. Recuerdo una época, donde los niños tenían una habilidad arcaica hoy en día llamada imaginación. Para nada me refiero que se deba frenar el avance, pero en el proceso de ese avance tecnológico. Es bueno recordar lo que nos hace humanos y no perderlo al adaptarnos a las nuevas tecnologías.

Y esto no aplica, para todos los niños. Que quede claro ese punto, aún hay niños sin acceso a nuevas tecnologías o que los padres limitan su tiempo en línea. Eso de algún modo les ayuda a conservar, parte de esa niñez antigua que cada vez corre el riesgo de desaparecer.

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